NO QUIERES
UN GIMNASIO
QUIERES VERTE MEJOR EN EL ESPEJO, PODER HABLAR MIENTRAS SUBES LAS ESCALERAS DEL METRO Y COMPENSAR LOS ATRACONES DEL FIN DE SEMANA.
Sé que has entrado por aquí buscando un gimnasio o un entrenador y, efectivamente, estás en el lugar adecuado. Somos un gimnasio, mejor dicho, somos un gimnasio con tres clubs y más de 20 entrenadores.
Concédeme unos minutos de lectura. Déjame que te cuente una historia y a cambio te daré toda la información que estás buscando y más. Créeme.
MI MAYOR CASO DE ÉXITO: MI TÍA SUSANA
¡Atención! Porque, como en las pelis, esto es una historia basada en hechos reales y me toca muy de cerca.
Esta es la historia de cómo mi tía Susana consiguió bajar de peso solo poniéndose las mallas.
Sé que de algún modo suena a anuncio trampa de gurú en Instagram, ¿verdad?. Bueno, sigue leyendo si quieres saber si es cierto.
O si es marketing.
O un poco de ambos.
Antes de nada, mi nombre es Desi Lozoya y soy el fundador de FUNCTIONALfeel desde hace ya 12 años. No soy ningún gurú ni mucho menos, pero si de algo sé, es de cómo te ayudará el fitness.
Ahora sí que sí.
Mi tía Susana tiene 48 años, fantástica edad, es madre de dos niños de 12 y 13 años y además es empresaria.
Desde que empecé a estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, hace ya 23 años, prácticamente cada año me decía: “bueno, sobrino, hazme una tabla que este año sí que me pongo en forma”
Y por supuesto yo se la preparaba.
Además, con todo detalle y cariño. ¿Imagináis el resultado?
Más de 20 años fracasando en el intento:
“no tengo tiempo”,
“no tengo fuerza de voluntad”,
“soy una vaga”,
“me da vergüenza”…
cada año tocaba una diferente. Te suena, ¿verdad?.
A GRANDES MALES, PEQUEÑOS REMEDIOS
Recuerdo que en septiembre de 2020, saliendo de la pandemia, la historia se repitió:
“bueno, sobrino, hazme una tabla que este año sí que me pongo en forma”.
Pero esa vez algo íbamos a cambiar. Bueno, en realidad el cambio estaba en mí, en cómo veo la manera de conseguir poner en forma de manera permanente a los demás.
Te sigo contando.
Es más, te dejo la conversación:
MI TÍA: Sobrino, hazme una tabla que este año sí que me pongo en forma
YO: Vale, Chacha (así es como le llamo yo). Tú vas andando a trabajar ¿verdad?
MI TÍA: Sí
YO: Y ¿cuánto tardas?
MI TÍA: Unos 15 o 20 minutos.
YO: Lo que quiero que hagas es que te pongas las mallas, las zapatillas de deporte y vayas a trabajar andando como ya haces pero vestida de deportista.
MI TÍA: ¿¡Cómo?! Si me da vergüenza ir por la calle vestida así.
YO: Cara de póker o emoji con ojos abiertos durante 5 segundos…
MI TÍA: Vale, lo hago. Es tan poco lo que me pides que lo voy a hacer. Pero, ¿me lo estás diciendo de verdad o es coña, sobrino?
YO: te lo estoy diciendo muy de verdad. Además te voy a pedir que te pongas las mallas y zapatillas más monas que tengas. Este año la tabla empieza así, Chacha.
MI TÍA: Vale, vale. Confío en ti.
Después de dos meses, mi tía empezó a ir todas las semanas a clases de ciclo y entrenamiento funcional en el gym de su barrio. En la actualidad mi tía ha bajado los 10 kg que quería quitarse desde hacía más de 20 años.
Y lo mejor, es que ya no hace ejercicio para bajar de peso sino porque forma parte de su vida.
Porque estar en buena forma física es mucho más que solo bajar de peso.
QUÉ HIZO QUE MI TÍA SUSANA CAMBIARA
¿Quieres saber por qué mi tía por fin lo consiguió?
¿Quieres saber qué servicios tenemos y cómo lo hacemos?
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Tenemos una zona en la que te cuento todo a través de una entrevista que me hicieron. Deja tu email y te doy acceso ya.
Y no solo eso, sino que además te regalo el ebook que se leyó mi tía y empezó a cambiarlo todo.
PD: Lo de las mallas era un poco verdad y un poco de marketing del malo. Nadie se pone en forma por ponerse las mallas.
PD: Si ya eres un super deportista también te dejamos entrar y venir a entrenar con nosotros. Pero a cambio te pedimos que si conoces a alguien sin este hábito le mandes este link para invitarlo. Justo, ¿no?