El ejercicio es el hábito al que más se renuncia y al mismo tiempo el que más nos empeñamos en lograr.
Pero entonces, ¿qué motivos hay detrás de este ciclo de fracasos e intentos?
¡Vamos a ello!
1.- POR LA FAMOSA FALTA DE TIEMPO
Pensamos que hacer ejercicio representa sacrificar como mínimo 1 hora de nuestro día.
Pero, déjame decirte algo: para empezar a tener el hábito puedes arrancar con mucho menos de este tiempo.
Se demostró que para “cubrir” los beneficios del ejercicio, 20 minutos a la semana eran suficientes
¡Atención: 20 min a la semana! lo que significa 3.5 minutos al día con 1 día de descanso.
En la fase en las que estás necesitas sumar minutos, solo eso, y todos suman.
Por lo tanto, esta famosa “falta de tiempo” es, en realidad, una forma de justificar el porqué no empezamos a hacer ejercicio y sentirte mejor.
Aquí vienen las malas noticias:
El tiempo no hará más fácil el hacer ejercicio si mañana no te organizas mejor que hoy para lograrlo.
2.- EL EJERCICIO ES INCÓMODO
«¡Maldito seas Netflix, acabo de ver dos temporadas completas, tengo cosas que hacer! «
Todos hemos estado allí. Hay cosas que sabemos que DEBEMOS hacer, y cosas que QUEREMOS hacer.
La mayoría de las veces, el QUERER gana sobre el DEBERÍA.
Es por eso que luchas para salir a caminar después de un largo día o batallas contigo mismo para hacer ejercicio antes de ir al trabajo.
Pero ¡espera!
¿por qué no luchamos en contra de pasar un día tumbado en la playa? ¿por qué no sentimos resistencia en contra de una hora más en la camita?
Simple: porque estas actividades NO son incómodas, sino todo lo contrario.
Y tener la tendencia de elegir el descanso por sobre todas las cosas no es porque seas perezoso o por tu falta de disciplina, es culpa de tu cerebro.
Sí, de tu cerebro.
Es un reflejo de dos partes diferentes con deseos y motivaciones totalmente opuestas: tu cerebro primitivo que le da preferencia a la reserva de energía y tu córtex prefrontal (o cerebro moderno) 3
El cerebro moderno se desarrolló después que el cerebro primitivo.
Por lo que ha tenido un período mucho más corto de historia para evolucionar y fortalecerse.
Por eso, aún tenemos que batallar contra nuestros instintos primitivos de descanso frente a una sesión de entrenamiento.
Y como el ejercicio es incómodo para tu cerebro, es normal que existan momentos en los que sientes que el ejercicio es aburrido, que no tienes ganas o motivación para arrancar.
Incluso, si tú ya tienes tu rutina de ejercicio establecida, puedo asegurarte de que algunos días sientes esa resistencia frente al ejercicio.
Así que el ejercicio es incómodo sí, pero, piensa que esta “tortura” se siente solo al inicio mientras tu cerebro se acostumbra al movimiento, mientras te entrenas tu mente para vencer a tu cerebro primitivo.
Hasta aquí todo se escucha muy lógico, pero, así como en las películas cuando parece todo estar solucionado ¡zaz! el villano malvado aparece:
El monstruo del cansancio.
3.- EL CANSANCIO
Puedes llamarlo como quieras: pereza, fatiga, desgano, desánimo, falta de energía, etc. pero, ese cansancio viejo que arrastras todo los días está afectando tu vida.
Pero…¿qué pasaría si la falta de energía se debe precisamente a la falta de ejercicio?
No es tu horario, tu trabajo o tus responsabilidades lo que te hace sentirte exhausto, es simplemente la ausencia de movimiento.
Suena ilógico pero antes de que cierres esta ventana, déjame explicarte por qué el ejercicio reduce el cansancio:
El movimiento promueve la liberación de sustancias que te hacen estar más despierto y más activo todo el día.
De hecho se ha visto que el ejercicio funciona mucho mejor que el café para tu cerebro.
Se ha comprobado que el ejercicio mejora en un 65% la fatiga y sensación de pesadez.
Además hacer ejercicio te ayuda a dormir mejor y sentirte fresco al despertar.
¡Tu cuerpo está pidiendo a gritos esta dosis de ejercicio diario!
A nosotros nos encantaría que tú empieces este entrenamiento con la actitud mental correcta y que te sientas acompañado.
Quédate con estos 5 Puntos Clave del Entrenamiento
- Lo más difícil del ejercicio no es empezar sino saber cómo ser constantes para ver resultados.
- No es tu culpa, el ejercicio es el propósito más popular y al que más se renuncia.
- Una de las verdaderas razones que te impiden hacer ejercicio es la falta de tiempo, sin embargo, puedes empezar con muy poquitos minutos al día y aún así recibir beneficios
- El ejercicio es incómodo para tu cerebro, pues su misión es reservar energía. Por eso tenemos que comenzar entrenando tu mente para que tu cerebro se acostumbre al movimiento.
- El ejercicio disminuye el cansancio, así que mientras más ejercicio hagas, menos cansado te sentirás.